Camila de Laprida}

20 de Diciembre del 2010

Nunca un dia de calor me predispone al sexo, aun cuando despues, en el fragor de los cuerpos frotados, el sudor se torna en una seduccion extra, un sutil indicador de que se nos ha exigido, o que nos hemos exigido. Ambas aceptables y son indicadores de que la cosa vale la pena. El halito tembloroso de la ciudad, que sube del asfalto ya blando y pegajoso, nos sugiere que nos alcemos con nuestro petates y disfrutemos de la tarde provinciana, haciendo uso y abuso de la computadora para dar la impresión de que estamos, al pie del cañon, y no en el borde de la pileta. Sin embargo, los espejismos del mediodia van contorneando un deseo, un ansia y, finalmente, un incontenible derrotero hacia el pequeño reducto de Laprida y Cordoba, mil veces por mi, hollado, mil veces disfrutado, y que esta en el camino a casa, por la via alternativa de Cordoba.

Me abre la puerta, como hace ya años, la dueña, una lindisima mujer que reconcilia con ese aspecto de la profesion, si todos fueran asi. La misma pobreza agridulce, de tan conocida, amable, la misma sordidez calida, que si fuera diferente, no seria atractiva. El desfilito se presenta difícil, tres lindas chicas, aceptables, no es material de Area, por supuesto, pero definitivamente son minitas que uno se daria vuelta en la calle, no con desesperación, pero si por mera masculinidad y costumbre predatoria. Elijo a Camila, paraguaya hasta el tuétano, bella de rostro y con un cuerpo firme y armonioso, linda, solida, no es gorda ni flaca, simplemente no se le cae nada. Ni las tetas ni el culo, todo, solidamente, en su lugar. Contenido por una piel caliente, sin rastro de olores, sin rastro de maternidades, aun cuando es madre, simplemente su piel es sana y flexible. Su boca me busca con gusto, y en ese mismo instante supe que seria diferente de lo que venia sucediendo con demasiada asiduidad, supe que su sexo seria calido y sensible, que su piel, reactiva y gozosa, disfrutaria mis caricias y yo las de ella, supe que seria lamido con precisa gracia y candorosa fruición, supe que cada beso seria retribuido y supe que finalmente acabaria en su boca en una explosion de enorme placer, por la entrega, por la actitud, por la dulzura y por la belleza, no solo de su razonable cuerpo, sino de su servicio.

Yo no manejo tablitas, sino que intento que cada uno se haga una idea, que surja del propio relato, pero se trata de una niña de algo asi como 25 años, de armonioso rostro y un cuerpo firme y decididamente sin blanduras, tetas medianas, paraditas y muy reactivas, sin olores y sin cosquillas, un placer.

El regalito es de 160 la hora, mas que razonable.

Celebro que haya modificado algo mi percepción de que se estaba perdiendo mucha actitud, evidentemente sigue existiendo, pero aparece algo mas esporádicamente. Por suerte.

VG

Polig · 21 de Diciembre del 2010