MIA _ Buenas TETAS y calentosa

equino · 4 de Junio del 2013

Estimados colegas, por la deferencia de un gatero conocí a esta niña de unos 21/22 años. Arreglamos de vernos por sobre la calle Córdoba y Azcuénaga, cerca de la facultad de medicina. Por suerte fuimos puntuales y por los indicios la ubiqué rápidamente. Ella de una altura aprox. De 170/2, vestida como si fuese una estudiante, botas de color, pantalón negro y como si fuese un pequeño tapado. Cabello castaño claro, ojos celestes, que parecen ser reales. En general una buena impresión, sumado a su conversación. Hasta ahí, todo más que bien. Nos dirigimos a un hotel cercano y una vez en la habitación, “templo sagrado para los gateros”, comenzó la acción, la que adelanto sería peculiar. NO paculiar. Aclaro esto para evitar errores. Luego de pasar ambos al baño, a diferencia del colega que la inundó con agua, ella se recostó sobre la cama como si fuese una amiga. Yo ni lerdo ni perezoso, hice lo mismo y comenzamos primero a tocarnos y besarnos, poco a poco aumentando la intensidad, que hizo que las ropas volaran hacia el suelo. Ahí, y no sé por qué, me prendí a sus pechos, un poco desenfrenado, especialmente por sus expresiones normales, pero no exentas de calentura. Tiene unas excelentes tetas, que hacen que a uno le cueste dejar de chuparlas. Pero… el tiempo pasaba y entre besos, toques, toques y besos, en un momento, me dije: “Y bueno tampoco es malo si uno la pasa bien sin penetración”.

Y así sucedió, sin poder evitarlo, ¡también tanto manoseo!, sus pechos fueron el recipiente de lo que un hombre tiene para dar. ¡¡Ole!! Quedamos relajados, al menos yo, porque ella dulcemente me dijo: “Haceme acabar ahora a mí”.

Cómo, pensé, debía retornar a mi trabajo y la hora estaría por finalizar, por lo mismo le dije: “¿Cómo?

Ella debe haber imaginado cómo, no cómo podría hacerlo yo ante tal pedido. Probablemente por eso dijo: “Metemela, así acabo”. Era difícil la empresa, uno ya no tiene los fulgores de otros tiempos, pero sí, no podía eludir el desafío. Ante eso y viendo su soberano trasero, tomé fuerzas y comencé a batallar. Los gemidos de ella, ayudaban la contienda y logré que ella al menos me dijera al rato: ¡¡Sííí acabé!!

Yo no pude decir lo mismo, pero me quedé conforme con la tarea.

Esta vez omito la tabla correspondiente. ¿Hace falta?

Quiero dejar en claro, que es como cogerse a una amiga, que está más que bien, que no está castigada por el oficio, que le gusta indudablemente el sexo. Que tiene buenos pechos y una juventud que le brinda puntos. Es una mujercita interesante, para explorarla en los recovecos más íntimos.

Olvidaba, ella estaba preocupada por las fotos que se divulgaron. Ya que manifiesta que esta actividad es por una situación que ruega que sea pasajera. Ahora bien, qué bueno es encontrar una mujer que le guste tanto el sexo como nosotros.

Un abrazo Equino

ringo1908 · 4 de Junio del 2013